Entre los lugares de interés alrededor de Casa Rural La Torre destacamos:
Càlig es un pueblo de interior de la Comunidad Valenciana de poco más de 2.000 habitantes, perteneciente a la comarca del Baix Maestrat, situado a 123 metros sobre el nivel del mar y a una distancia de 80 Km de su capital, Castellón.
Situado a tan sólo cinco minutos de la costa, le ofrece las ventajas de poder disfrutar de la tranquilidad de un pueblo pequeño (donde aún los niños pueden jugar por la calle), de la hospitalidad y amabilidad de sus gentes, así como de la proximidad a localidades como Vinaròs, Benicarló y Peñiscola, donde podrá gozar de sus playas, sus comercios, su gastronomía, sus centros comerciales y de ocio, su cultura y su historia, sin olvidar la capital histórica de la comarca dels Ports, Morella, con visita obligada a su castillo y sus murallas.
La situación de Càlig es privilegiada, ya que le permite visitar sus alrededores y por otro lado disfrutar de la paz y el sosiego que caracteriza a los pueblos de interior. Los monumentos que encontrará son:
• La Ermita de Ntra. Señora del Socorro: edificio del siglo XVIII de estilo barroco academicista, a tan sólo 1 km. de la población, es el paraje más emblemático y querido de los caligenses.
• La Torre: es una construcción defensiva de la época Medieval del siglo XIII.
• La Iglesia: alzada en el siglo XIV, fue reconstruida y ampliada entre 1622 y 1659, en qué se dio definitivamente por acabada. La construcción de este edificio es consecuencia de la corriente renacentista.
• El convento de clausura de las Monjas Trinitarias, cuya fachada pertenece a un estilo ecléctico.
Paseando por sus tranquilas calles podrá contemplar el conocido como “Pou de les Aixetes”, que durante muchos años suministró el agua a la población, así como el “Pou de les Grases” y el “Pou de la Vila”, donde se ubica el monumento en honor a la “Dona Calijona”, que con un cántaro en el costado y otro en la cabeza, transportaba el agua desde estos pozos a su hogar.
En sus alrededores más cercanos encontrarán:
• Vinaròs: ciudad de casi 30.000 habitantes donde el turismo está desarrollándose como uno de los ejes de la economía del municipio, con una gastronomía exquisita basada en los frutos del mar, pescados y mariscos de los que hay que destacar el producto estrella: los excelentes langostinos y una gran variedad de mariscos y arroces.
Podrá disfrutar de sus 14 playas extendidas a lo largo de más de 4.000 metros, de sus comercios en el centro de la ciudad, así como de su centro comercial exterior, de su cultura, de sus fiestas de San Juan y San Pedro (junio) y de San Sebastián (enero), siendo el Carnaval (febrero) la más representativa y participativa y uno de los más importantes del Mediterráneo español.
Pero lo que más recordará es el carácter abierto y cordial de sus gentes.
• Peñíscola: ciudad en el mar, con sus 16 playas a lo largo de 12,73 km., sus fiestas patronales en el mes de septiembre, destacando la desfilada de “Moros y Cristianos”, su castillo que sirvió de refugio al Papa del Mar, Benedicto XIII; su cultura, su patrimonio, sus tradiciones y su gastronomía, entre otras, la hacen visita obligada de cualquier turista que se aloje en las proximidades.
• Benicarló: ciudad de tradición marinera y abierta al Mediterráneo, ha tenido también un fuerte arraigo agrícola. Desde hace varios años se celebra la Fiesta de la Alcachofa, producto catalogado de denominación de origen desde 1998. También puede descubrir su patrimonio cultural, artístico y arquitectónico, sin olvidar sus fiestas patronales y sus Fallas, que se celebran la semana del 19 de marzo, con 11 monumentos falleros y todo lo que conlleva dicha fiesta: tracas, cohetes, fuegos artificiales, "mascletades"...
• Morella: ciudad de 2.822 habitantes y capital de la comarca de Els Ports, auténtico pueblo medieval, rodeado por una muralla y presidido por un robusto castillo testigo de múltiples batallas, y muy pocas veces conquistado dada su especial ubicación.
Se caracteriza por la industria textil, ha sido y es centro comercial de su comarca, el impulso del turismo tanto interior como exterior junto con la agricultura y ganadería complementan su actividad económica. Especial mención merece la gastronomía morellana, así como sus fiestas, entre las que cabe destacar el Sexenio, fiesta por excelencia que se celebra cada seis años en agosto, en honor a la Virgen de Vallivana. La próxima, en agosto del año 2012, y el Anuncio, que se celebra el año anterior al Sexenio, y precisamente anuncia la celebración de este.